ARCANGEL CASTILLO OLIVARI
Nació en Mérida, estado Mérida, Venezuela, en 1959. Master of Music in Composition. Compositor de tendencias eclécticas,  inició estudios musicales en Mérida en la Escuela de Música de la ULA. Se residenció en Caracas; realizó cursos de composición dictados por Erik Colón en el Conservatorio de la Orquesta Nacional Juvenil. En 1987 ingresó al Instituto Universitario de Estudios Musicales (IUDEM), donde obtuvo en 1991 la Licenciatura en Música, mención Composición, con su obra Aforismos para Orquesta. Se desempeñó como Supervisor y Director de la División de Música y Sonido del Archivo Audiovisual de la Biblioteca Nacional. En 1996 terminó la Maestría en Composición Musical en la Universidad de Cincinnati, Oh. USA, con el financiamiento de una beca Fulbright, enfocándose en Música Electrónica y Composición Musical. Actualmente trabaja en la tesis Doctoral.

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PUBLICACIONES

Revista Musical de Venezuela, Fundación Vicente Emilio Sojo,  CONAC, Caracas / Año XIV, número 32-33 enero-diciembre 1993. «Tupac Amaru (1977), para Orquesta, de  Alfredo Del Mónaco: »Desde Una visión y una conversación con el Autor». Pauta. Cuadernos de Teoría y Crítica Musical. México, D.F. Enero-Marzo, 1992. Musicalización de poema Ixtlán de Poemas de agua, María Luisa Lázzaro (1978). Hemerográficas: «Poemas de Arcángel Castillo», en Vértice Amanecer Literario, Taller Literario Mucuglifo, Diario Frontera, Mérida 26 de mayo de 1991, Año VII No. 339. Inéditos: Destiempo (poesía) y Tiempo de alondra (narrativa).  


 

 

  SARMIENTO ABIERTO  
 

 

Vástago que en la humedad
se acrecienta.

Cresta enrojecida
y móvil,
vibrante paloma que
a mi boca se enaltece.

Viaje demorado y
sin demoras.

¿Ves acaso ese sol
potenciado en el regocijo?

¿Esa lanza anhelando su ristre?

 
     
  ELEGIA  
 

 

Abierto a la intemperie,
espacio frágil que dejaste
lugar común para el encuentro

Nostalgia mustia del atardecer,
verde aroma del jazmín,
reflejo turbio de la cayena
sobre el agua del patio.

Un frio en el estanque de nenúfares,
una suite de Fauré.

 
     
 

PIERROT

 
(a una coreografía de "Accion Colectiva")
 

 

Sangre Blanca,
nube que asciende junto a
la mano crispada.
Acordes de lámina gris y
vidrio en el piano.
Una voz que lacera,
una voz que lo hunde.

Pierrot llorando,
estremecido,
dolido,
ahogándose.

... Colombina: ...
¿Por qué tu mano
no alienta en mi pecho?

Blanca y polvo la sangre,
frío y luna.

 
     
  ESPACIO LIQUIDO  
 

 

Espacio líquido,
Acuosidad del advenimiento.
Alta corola de esa flor
desgranada en la memoria.
(Sin mi,
sin el desliz del atardecer.)
Vaga ondulación,
Precipicio que asciende
trémulo al olvido.

 
     
 
RETRATO
( -a tientas)
 

 

El otro lado de tu luz,
del territorio adivinado
que a su vez no es solamente uno.
Mas bien la irrepetible,
la del instante,
presentida en mi mano.

 

 

DE LA OSCURA NOCHE


Un sueño se me esfuma,
dejando cual llaga en el recuerdo
un vacío interminable.

Un rostro.
Una blanca mano.

En el marco del ocaso de una oscura tarde,
«la penumbra de la paloma» con su lluvia gris,
quizás era de noche:
la cascada de tu cabello
sobre mi espalda,
el silencio del deseo estacionado,
la tibia caricia del aliento,
el murmullo lejano…
Al otro lado de la ventana,
del parque:
un grillo.
Cuál péndulo lacerante
la realidad es otra… ¿será otra?
Pasa el frío hilo del tiempo y yo aquí,
emplazado,
sin esperanza.

 

... PORQUE NO VINISTE

Y porque mi reloj marca las horas,
con esa intensidad
que hace a cada instante
un hueco pesado
de equívocas epifanías.

Porque a cada respiro,
un aliento de desasosiego
mueve esta rueda eterna
de un sin olvido.

Deshoras,
timbre y color de un día nublado,
moviéndose a tientas
en este laberinto de sueños,
de imágenes,
de metáforas que te contienen
y no te advienen.

Muelle sin asidero,
malecón perdido en ese horizonte de luciérnagas,
de fantasmas
y noches.

 

EL TIEMPO OSCURO

Ese tiempo en el cual no nos queda tanto.
Nos queda sólo ese vacío que corre y se adelanta,
como una espesa niebla.
(El añoro de una caricia,
de esa sonrisa que nos emplaza en lo eterno,
la furia de los cuerpos en calor).

Pero no te preocupes,
olvidaremos y reconstruiremos las memorias
de esa forma en que más nos conviene
para poder sobrevivir.
Adulteraremos las imágenes,
propondremos la historia según nuestras casillas
de salvavidas
y, finalmente,
creeremos nuestras propias mentiras.

Nos separará todo un océano,
toda una Europa.
Tú estarás de nuevo a la orilla de ese lago sentada
en tu bicicleta contemplando la tarde,
la luz de la tarde en las ondas del agua.
Sé que me recordarás a medias,
y que las imágenes se irán distorsionando así como
la memoria que creyó unirnos.

Viviremos en tan distantes lugares
que no volveremos a vernos,
se morirán los recuerdos,
y nos quedará ese amargo sabor de
lo que pudo ser y no fue,
y ese lago que te circunda no te dará una respuesta,
porque perdimos demasiado,
no hay boletos de vuelta.

 

Arcangel Castillo Compositor de la obra sinfónica
Orpheus, The Last Transit