Esta actividad le duró poco pues, a principios de los años 50, Juan se trasladó a Venezuela, donde estrenó carrera y nombre musicales. En Caracas presentó sus primeras composiciones a los vocalistas Alfredo Sadel (venezolano) y Antonio Prieto (chileno), pero fue rechazado. Osvaldo Gómez, el Indio Araucano, grabó el primer éxito de Johnny: Andino. Esa canción se convirtió en la favorita del dictador Marcos Pérez Jiménez, originario del estado de Táchira, en los Andes. Pérez ordenó tocarla en sus actos oficiales después de la interpretación del himno nacional.
Éxitos. Quirós compuso luego el pasodoble Caracas, éxito en la voz de Alfredo Sadel: “Tierra de leyenda de bravos guerreros, primavera india, hija de español...” Con el tiempo, esta sería una de las canciones emblemáticas de Venezuela.
Posteriormente, Caracas se grabó en Cuba en la voz de Víctor Piñero y bajo la dirección orquestal de Billo Frómeta, pero con el título de Bella Caracas. Este cambio creó una confusión que dura hasta nuestros días.
En 1956, Johnny se trasladó a México, donde Juan Arvizu y Pedro Vargas le grabaron varias melodías junto a Alfredo Sadel, para conformar el disco de larga Mis voces favoritas. La dirección musical correspondió a José Sabre Marroquín y Juan García Esquivel. Arvizu le grabó Mi rosa, Madre, Andino y Estréchame en tus brazos; Vargas escogió otros cuatro temas: Sincerízate, Sueños de París, Mi amor y Nuestro pecado.
En los años 60, Johnny Quirós creó el bolero El malquerido para lanzar al mercado latinoamericano al cantante brasileño Miltinho; sin embargo, el éxito llegó cuando el tema fue grabado por dos figuras monumentales de la canción hispanoamericana: Javier Solís y Felipe Pirela. Cuarenta años después, en un acto realizado en Miami, BMI Latino concedió, al músico costarricense, un galardón por ese tema.
Durante los años 60, Quirós se trasladó a Brasil y trabajó en la traducción de boleros brasileños al español. De entonces nació una serie de discos de larga duración en las voces de Bienvenido Granda y Miltinho; pero el mayor impacto lo logró con la traducción del inglés al español de una melodía country que entregó a un debutante: Roberto Carlos. Este, con El cacharrito, “arrasó” en todo el continente.
Siempre tico. En 1964, Quirós descubrió a Gimeno, un cantante español (de las islas Canarias) radicado en Venezuela y lo lanzó a la popularidad con un tema que pegó de inmediato: Mis lágrimas. El impacto duró hasta que, mal asesorado por un abogado ambicioso, Gimeno rompió un contrato y presentó ante los tribunales documentación falsa que lo llevó a la cárcel durante varias semanas. Conocido como “el sentimental Gimeno”, llevaba sus interpretaciones hasta las lágrimas, con una entonación perfecta y un estilo edulcorado.
En los años 70, Johnny Quirós volvió con otro impacto de alcance continental: Limón limonero, grabado por el venezolano Henry Ste-phen. Esta melodía tuvo enorme acogida en Europa, donde los ritmos pegajosos del Caribe se instalaban con facilidad; sin embargo, su paternidad fue reclamada por la empresa Velvet. La querella aún sigue en los tribunales venezolanos.
Por esos años, la cantante y actriz venezolana Estelita del Llano grabó Tú sabes, una canción de Quirós que todavía se programa en las radioemisoras de Hispanoamérica. Este es el tema de la película Twist y crimen.
La última visita de Johnny Quirós a Costa Rica data de 1967, cuando vino con el tenor venezolano Alfredo Sadel, quien se presentó en el cine Capri con la orquesta de Lubín Barahona y sus Caballeros del Ritmo. Hoy, Quirós reside en el estado de Mérida (Venezuela).
Pocos son los compositores nacidos en Costa Rica que han logrado un impacto similar al de Johnny Quirós en la música popular. Aunque alcanzó sus logros artísticos en el exterior, Quirós nunca ha negado sus raíces costarricenses.
