MIGUEL A. JAIMES N.
Nace en  Tariba edo Táchira el 20 de Julio e 1970, es Politólogo, Magister Scientae  en Ciencias Politicas, Candidato a Doctor en Gerencia, Columnista del Diario Frontera donde ganó el Premio al mejor Columnista 2011, Profesor invitado en la Maestría en Ciencias Politicas en materias de su creación: La Actual Politica Petrolera y Los Conflictos Petroleros Globales, Articulista, Conferencista, ha escrito en diversos medios digitales sobre el tema petrolero. Actualmente columnista de La Mucuy.


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LIRIDAS

A la inocencia de Yeraldin Alexandra

 

Los turbiones de ilusiones vienen con los bólidos del mes abril y son conocidas como las Líridas. Son las briznas de primavera. Es una lluvia de dieciocho meteoros que caen por hora. Estos aerolitos rozarán las añadas que podrán vérseles entre el dieciséis al veinticinco del mas inocente mes del zodíaco.

Las gotas cósmicas del grupo de las Líridas son las más brillantes que cualquier cometa deje caer al paso de un buen anuncio de impresionantes rastros luminosos. Esta garua de estrellas muestra tímidas luces que bien pueden llegar en éste preciado mes hasta cien de ellas y todo, gracias a la Luna Nueva que se avecina, éste año se verán mejor.

El punto más importante ubicado en la Vía Láctea por donde se anuncia su salida es conocido como el Radiante, la puerta de la constelación de Lyra. Desde allí parten sus esperanzas dirigidas a la protección de los sueños de millones de niños que serán resguardados en su vuelo por el transitar de los hemisferios Norte y Sur.

Mientras, escuchando los pasos de un anciano habitante de La Mucuy el cual va comentando que éste mes la luz de la Luna no estorbará ante el fuego de las anunciadas areniscas cósmicas tan duras como las piedras, todas vendrán desde el noreste a sólo minutos de la media noche, pudiendo vérseles entre los días escogidos por el amanecer aunque en las oscuridades que rodeen los elegidos espacios también podrán estar vigilantes éstos mensajeros de delirios.

Las Líridas vienen tras la observación de una lejanía de dos mil seiscientos años. Su tamaño recuerdan los granos de sal recogidos uno a uno por las Meigas y las cenizas ardientes del cuerpo de Paula de Albornoz lanzadas como resplandor a los hijos del sol dieron la incandescencia a estas llamaradas.

Su luminiscencia son las veredas del cometa Thatcher y está relacionada con los sueños vistos desde el aura de los niños y al igual que los infantes van saliendo de a pocos, luego inundarán con sus risas cada rincón de los espacios de las solitarias galaxias.

 

PEGASO

Un caballo de capa alazana y sangre fría que aprendió a andar en solitario juega mientras camina por entre el medio de cercas de púas colocadas en las intemperies de sueños pendidos desde las alas de voladores inocentes.

Estos caminos de cuentos alados se iniciaron cuando Perseo desbastó la cabeza de Medusa. Pero estas fábulas equivocaron el rumbo de un hermoso caballo que un fin de semana extraviado en su vuelo distrajo su vereda, guardo sus alas y se quedó cuidando los caminos de La Mucuy.

Van acompañados con los espíritus del inframundo, los telúricos de las deidades infinitas, los conocidos Ctónico, las llamadas deidades celestes por los seres alados protectores del Psicopompo.
Hacia la entrada de la montaña del pico El Escorial se ven unas enormes y coloridas alas que juegan con el movimiento de un inocente rocín dedicado al cuido de animales enviados hacia hogares despejados que han sido vencedores de la maldad.

La presencia del Pegaso representa el cuido y la buena prosperidad de las fuerzas naturales. Sus compañeros equinos siguen siendo Rocinante, Babieca en El Cid y Bucéfalo de Alejandro Magno.

Los sueños con el Pegaso después de la Semana Santa representan viejos caminos que se abren hacia la prosperidad. Su presencia en una vieja tarde inundada de calina deja conocer la paciencia del más paciente de los seres animales. Significa el reclamo de justicia, representa el equilibrio en las grandes y nombradas decisiones. Su fuerza y relinche avisan la protección hacia los niños.

Su mágica mirada dirige la paciencia en las decisiones más delicadas. Su fuerza acompaña el agua que cae desde las nubes escogidas para la siembra de San Isidro Labrador.

En cada casa esta representada su presencia en tallas de madera como símbolo de justicia, valor y trabajo. El Pegaso simboliza el buen augurio y se aparece detrás de los niños para protegerlos.

 

BAUTIZADOR


San Juan el Bautista fue concebido por el sacerdote Zacarías e Isabel prima de la Virgen María quien al visitarla pudo sentir como el niño salto en su vientre de alegría, diciéndole Isabel a María: “Bendita tu eres entre todas las mujeres y Bendito sea el fruto de tu vientre Jesús”.

Cuando se ordenó la matanza de inocentes, Isabel huyó con su hijo hacia una montaña que se abrió frente a ella y los protegió de los sables de sus verdugos. Años después, Juan El Bautista bautizó a su primo Jesús y cuando se atrevió a censurar el matrimonio de Herodías con Herodes Antipas quien era sobrina y cuñada de éste fue decapitado y mostrada su cabeza en una bandeja de plata.

Con aquel día sonaron duramente los tambores y desde entonces no han logrado descansar sus cueros. Sus seguidores no aceptaron la muerte de aquel hombre que lanzaba aguas benditas a cientos de fieles dándoles vida. Nunca admitieron la muerte de la vida y por eso cada veinticuatro de junio los bombos siguen retumbando en la plegaria más eterna: Los Tambores de San Juan. Es un día de magia, conjuros y fuego.

En La Mucuy todos deberán prepararse para las crecidas de enfurecidos ríos que aún le reclaman a muchos Herodes que el amor no debe ser confundido con la maldad. Y al retumbe de tambores algunos habrán colocado al sereno agua dentro de un vaso, colocando un huevo criollo de jóvenes gallinas ponedoras y habiendo pasado el mediodía del siguiente día podrán predecirse los pasos de los futuros meses restantes del año. En medio de aquel remolino denso estará el futuro de muchos.

Mientras, todos estarán preparados para recibir con humeantes hogueras al Solsticio de Verano, quien traerá consigo las horas más largas del año. La celebraciones estarán dedicadas a las fuerzas que necesita el sol para completar su periodo en los seis meses restantes que faltan para cumplir con el año que ve nacer en San Juan la suerte de muchos y la devoción por los pedidos que hasta ahora habían sido imposibles para otros.