EL MAR EJEMPLO
Escribe todos los días.
instante tras instante,
escribe y borra su mensaje.
Incesante escribe. tacha la ola el elogio a su música, el elogio, lo que nombra.
Escribe. describe, borra el alma de los seres,
borra los enseres del tiempo.
Maestro del destino:
ilustra su espejismo la vanidad del mundo.
MENOS EL MAR
Vuelvo a la ciudad marina,
al desleído cromo de su ayer, a su idioma nocturno entre los árboles,
a sus antros,
la cúpula del viento haciendo aguas
entre abaciales cantos de relojes,
cuando pasan las erinias del sueño
y se arquea la memoria
hendida de naufragios.
Vuelve el viento.
Explaya su inocencia en los teclados del mar que nunca vemos.
Invertida en su quietud de momia
la luna quejumbrosa huye del agua
y las hoces terribles que traen los alisios.
Antros de la ciudad,
aceros en la lengua solar.
Voy
Vengo
Nada se puede hacer
ante el espejo roto.
ESTAMPA
Junto al umbral,
en la primera puerta que abre el amanecer, donde los goznes jamás se manifiestan, iluminados trazos, secretas huellas,
al pie de la mirada que pasa
y levanta sus arcos de preguntas.
Todo el amor rupestre de una alfajía a otra, el péndulo de aire en las mediaguas batiéndose en el mar del mediodía.
De una ventana a otra a los zaguanes:
un tintero de flores, sombras del guayacán; perfumes del barro que despierta,
el muro enjalbegado y la paterna sombra; alados pentagramas, bastión de la comarca en el reloj sin tiempo del aura familiar; anillo en el dedo de la historia perdida.
HOMENAJES
Hay veleros en el aire velero.
Música, tremolinas.
un tranvía de pájaros y mulas lleva al joven Andrés; su paciencia inmortal va escribiendo una silva por el Manzanares..
Hay veleros en el aire velero.
Oleaje puerto adentro porque ha llegado un barco, una corbeta,
fragua de intrépidos viajeros con muchos instrumentos para acortar distancias, tomarle al temblador el pulso en electrones; buscar en lo recóndito del hábitat salvaje
los viejos palimpsestos de la tabla del Cosmos.
Hay veleros en el aire velero.
El aprendiz de río muestra una luna gorda, vacilante;
Humboldt con su astrolabio la seduce
y le envía papeletas de amor. Luna para olvidarte tendrás un Mariscal
y el carisma de un nombre en tu cielo de esmalte.
Hay un viento velero entre tantos veleros.
PLAYA
La memoria donde la toquen duele. Escaso el cielo. ¡Y ya no hay mart..
Giorgos Sefereis
El bosque de rizophoras ya no está en los veriles. Es lodo el espejismo de las aguas.
No se cultiva la ostra como ayer.
Los bañistas ejercitan la vista y la memoria leyendo los manuales de las agencias de turismo.
DONDE TAN SOLO
Por mi ventana entran cantos de gallos, estelas, las arenas ociosas;
entran el mar, los horizontes.
Por ella, mi ventana, viejos pronombres, el dios del escalpelo, la sangre renovada. la alacena reposo del fulgor.
Por mi ventana tantos sentidos y contrasentidos: Memorias de los muertos que quieren regresar, delineando la luz en las colinas el invisible arquitecto del paisaje: ruidos de pájaros por sotavento pueblan las calles de la invencible infancia;
urge la noche de viejos abalorios
donde tan sólo se oyen las catedrales manos
de mis padres orando y echando bendiciones.
YO TENÍA MI GUERRA
Yo tenía mi guerra, mi juego de dardos para matar el tiempo y apostar a que Cristo vendría a mi abalorio.
Yo salía a las calles; educaba mis perros, les mostraba cuánto muerde el blasón de la jauría.
Yo tenía mi ínsula, Mi barataria patria de gemidos donde descansa en paz Altisidora.
Yo tenía mi retrato; escrito mi epitafio a lo Desnos "porque uno nunca sabe".
Yo conciliaba en mí A Sun Tzu y Lao Tsé.
Previstos mis asuntos: Mi caverna, mi glaciar, mi reno; cuando babeles, cuando bajeles traen su Apocalipsis: Gemelas cicatrices donde desova el tiempo.
Yo el Unigénito, el último.
GÉNESIS
En el principio, nuestra semejanza.
Sin título, ni tutela, ni amo nos contenía el silencio, la morada sin nombre, el acerado rumor de los trabajos.
Sólo la vastedad figura y cifra la anónima historia de amor, la génesis de un llanto.
Los dedos del azar hicieron de la noche al día la lúdica ebriedad que nos levanta.
Sólo, distante, permanece el cuerpo de Dios hecho de instintos, de material fecal: lumbre de obcecación y polvo.
AYUDA HUMANITARIA
¡Salve, oh vosotras vacas!, salve toro, conceded pan
y cerveza y ofrendas sepulcrales al Osiris Nu,
dadle alimento,
hacedle khu perfecto en el Más Allá.
Libro de los Muertos
Cae del cielo;
¡siempre caen!
Clusters, Pave Hawks, Predators, misiles Tomahawk,
ojivas, kamikazes, lluvias ácidas, soldados invisibles,
bombas, siempre bombas,
y muchas, muchas bolsas de alimentos
para aliviar el largo viaje irreparable
que según el Libro de los muertos
todos recorremos.
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