Nació en Raiano, Italia, 1951. Socióloga, graduada en la Universidad Central de Venezuela. Profesora de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes. Profesora e investigadora en el campo de las Ciencias Sociales y Arte. Se ha dedicado al teatro y cine como actriz, también a la poesía y  a la música en especial el canto. Recibió el Primer Premio de Poesía APULA 2003 con el libro: Ícaro bajo tus alas. Actualmente se dedica  al arte de la  fotografía y orfebrería, las piedras se le han convertido junto a la poesía en otra bella pasión y oficio. 


OBRA LITERARIA:

Sombras de mi estatura (Consejo de Publicaciones de la Facultad de Humanidades y Educación, ULA, 1998),  Ícaro bajo tus Alas (Asociación de Profesores  de la ULA, 2003). Tiene inéditos: Amados, Amarillos Napoles, Junio, Casa de Locos, Voces, Diciembre y Litoral, Palabras, Ellos, Noches de leves, Oscuridades, Vacaciones en río, Luzbel dos mirando.

 

 
POESIA

I

Te fuiste sin el aviso necesario
No enviaste para mi ninguna señal,
olor o aroma
Te fuiste por las malangas gigantes
y los helechos humedecidos.
Llegaste al centro árido del sol y con la zurda,
volaste tus pensamientos
No escogiste el corazón, lugar por excelencia
de nuestros encuentros
Te fuiste borrando toda inteligencia, toda sensatez.
Marcaste distancia con la cultura te volaste la razón
¡pequeña cosa!

Valiente luce el pequeño cuarto espiritual
ordenado como para el siguiente día
sábanas tendidas y almohada en su lugar
camisa, pantalón y medias en su sitio.
¿Qué pasó? ¿Algún pensamiento a última hora
reordenó tu mundo acostumbrado a la austeridad
y exuberancia?
Dime ¿es acaso ese viaje más seductor que la vida misma?
¿Es qué sólo así eliminamos de una vez y a nuestro albedrío
el dolor? ¿Es que ya no era soportable
vivible amable?
¿Es que la vida puede reducirse a nada
a esa brizna de ave
a ese leve escozor de mis ojos al breve zumbido
de un pez volador
acaso nada
la nada que la sostenga?
Amigo de tantos días
te recuerdo.

 

 

(Del libro Desapariciones)

Cuando muera
separen mi cuerpo en dos
y en dos las mortajas
Hace tiempo ya que estoy separada.
Por aquí pasó ella
cantando el miserere de San Juan
sus manos como tambores sellaron las máscaras
en un trajeado cuerpo desnudo.
Serpientes de manos asaltan la noche
bordean la ruinosa riqueza
la atrapan
y las balas destrozan uniformemente sus vidas.
Miro tu rostro acompañando la tarde
tus manos que recogen el cielo
un abrigo azul viste el cuerpo de Agustín Danao
y así apenas oculta la tragedia y el sin sentido.
Yo estuve allí
cuando aprendí a nadar
el blanco abrochaba mi cuerpo
y un hilo azul mis pies.
Una saliva espesa guarda mi boca
llena de cangrejos y calamares
atenazando mi lengua acostumbrada a la sal.
Bocanada de resignación persigna la tierra
inundada de pantano indescriptible
pantano y árbol
árbol y frialdad.
Una cesta de colores bordea la orilla de la mar
lleva el recuerdo
el aroma
intacta navega entre la borrasca
nada le ha sucedido
va alegre
busca el cuerpo del que la amó
guardó y usó acostumbradamente
allá va a la mar.