Nació en Cali, Colombia, 1954, nacionalizado venezolano. Profesor de la Escuela de Letras, Departamento de Literatura Hispanoamericana, Universidad de Los Andes, Mérida. Dicta las cátedras de Taller de Poesía y Cuento, Hispanoamericana Colonial y Contemporánea. Magíster en Literatura Latinoamericana en Pontificia Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá, Colombia. Se ha desempeñado como Editor Director de las revistas  Tahona, Virajes  (Mérida), Consejo redactor  Trasiego  (Mérida), Imaginaria  (Caracas). Páginas literarias: Escafandra (Mérida) y  Versolibre (Punto fijo, Falcón).

Productor y director del Programa cultural radial El faro y la Antorcha. Circuito Mundial 1040 AM. Premio Región Andina de Poesía en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras (CONAC, septiembre 2004). 2º Premio Ensayo APULA 2000, con el libro «Los hijos de Acteón».


CONTACTO:
gabrinadja@yahoo.com

   


OBRA LITERARIA:
 


Poemarios: Último bosque (1985);  Canción para Mervarid (1985);  Almendra mística  (1996-2000);  El velo de maya (1998-2000);  Una tumba en el bosque (2000) y  Larga es la noche  (2001). Ensayos: Hernando Track: El superior de las lámparas (1992);  Vivir a pulso (1995);  Ser filosófico y ser poético en la obra de Álvaro Mutis  (2001);  Los hijos de Acteón (2002); Viaje al poema (2003).


VALLE DE CAMPANAS

Deseo dormir en medio de un valle de campanas
Sentir la ternura, el encanto del viento
Soñar chimeneas y perfumes infinitos
Visitar ciudades imaginarias
Navegar en el tiempo
Y en la Alta Noche
Oír tu canto de ave ávida
Ir hacia tu cuerpo como al destino
Oír tu queja
Loco de placer
Viajando en tu piel
Hasta hacer saltar en añicos
La cúpula de vidrio
Que retiene nuestros gritos

Deseo despertar contigo Amada
En un Valle de Campanas
Tensas, divinas, como tú
Mujer que amo.

 

 

LARGA ES LA NOCHE

Él no sabe lo que se pierde
Lo digo yo, que he sido fiel a la Noche
Ha sido mi vecindad
La caverna donde oculto palabras no dichas
En que atesoro silencio
Y oigo música que llega del más allá
Noche de mi encuentro con Dios
En medio del acompasado rumor de las olas
Yo, testigo del primer canto de gallos
Él, No sabe lo que es subir en círculos ante ti
Buscando coronar devotamente
La cúpula que guarda tus gemidos
Escalar tu perfume
Mirarte con ojos que no te vieron antes
Estar en vigilia, aferrado a tu cuerpo
Fundido solo, mientras ocurre la noche
En una tierna crueldad agonizante
Y sacio mis ansias en ti
Firme, como una llama sagrada

A él no lo has visto, sólo a mi
Sólo tú y yo estamos en el abismo
Hemos bajado las escaleras del vacío
Balbuceando nuestro nombre en el placer
Abrazados como ladrones
Compartiendo el botín
Juntos aquí mientras huye el siglo de la muerte
Fundamos el Siglo del Amor
Nos acariciamos ya no como extraños
Todo puede decirse en voz baja
Con palabras cálidas, emocionadas y sabias

Hasta que emergen sutiles gritos
Y en tu rostro hay una dolorida sonrisa
Un gesto inédito y me abrazas con fuerza
Pronunciando mi nombre
Que se oye con un eco infinito

Yo te admiro y te poseo
En esta larga noche en que no hay nadie
Sólo tu boca, tu cuerpo y el mío
Todo en completo silencio hasta que llegue el Alba.

Él, no sabe nada
Tiene una iglesia de grandes ventanas
Donde oficiar misas intensas
Profeta con leyenda propia
Razones suficientes para viajar en el tiempo
Mas no te ha descubierto, mujer
Está ciego y no escucha
Nada sabe de perfumes, gemidos, gritos
Y soledad compartida en la noche
Nada sobre olas que rompen cerca de los amantes
Ni de las plegarias que emanan de los cuerpos
No sabe nada de raíces aferradas a la tierra
Ni de músicas lejanas que vienen
de lo profundo del cielo y de la noche
Nunca te vio, ha estado cerca de ti
Te tiene, templo cálido y hermoso
Pero no sabe tocar tu campana.