Nació en Barinas en 1941. Profesor de la Universidad de Los Andes, Mérida. Economista (Universidad Central de Venezuela, 1966). M.S. en Economía Agrícola (Chapingo, México, 1968; IICA-OEA, Turrialba, Costa Rica, 1969). Dr. Tercer ciclo (Sorbonne, París, 1976). Ex Coordinador General de Investigación de la ULA. Ex Director de Cultura y Extensión de la ULA. Miembro Consejo Fundador del Centro de Investigaciones Agroalimentarias de FACES-ULA. Editor fundador de la Revista Agroalimentaria (CIAAL-FACES-ULA). Editor fundador de la Revista TH & G (Unab, Colombia). Profesor invitado de varias universidades, por períodos comprendidos entre un semestre y un año: Universidad Politécnica de Madrid (Madrid, España); University of Texas at Austin (Texas, Estados Unidos); Université de Laval (Quebec, Canadá); Université de Toulouse le Mirail (Toulouse, Francia).
Profesor contratado de la Universidad Industrial de Santander (2009) y de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (2008, 2010, 2011), Colombia. Asesor Académico de Laurus Instituto de Estudios Culinarios, Valencia, Venezuela (2011). Asesor académico de la Universidad Panamericana del Puerto, Puerto Cabello, Valencia. Fulbright Fellowship, Estados Unidos,  1984-1985. Premio Nacional de Nutrición (Cogalardonado), 1994. Premio Regional de Ciencia en el área de Historia, 2004. Premio al mejor libro en Ciencias Sociales, CENAL, 2004. Premio Gourmand World Cookbook Awards, 2006. El mejor diccionario de cocina. Kuala Lumpur, Malasia. Premio Gran Tenedor de Oro 2011. Academia Venezolana de Gastronomía. Investigador Nivel IV, PPI, Venezuela. Miembro de Venezuela Gastronómica. Miembro de la Academia Venezolana de Gastronomía.


CONTACTO:
rcartay@ula.ve

TWITTER:
@RafaelCartay

   


OBRA LITERARIA:

La transición del feudalismo al capitalismo y la revolución industrial (1983, Mérida: ULA. 2 ediciones. Autor) Confidencias literarias de 35 escritores latinoamericanos (1984. Mérida: ULA. Autor) Geopolítica de la cocaína (1984. Mérida: Actual/ ULA. Autor) El otro Keynes (1985. Mérida: FACES-ULA. Autor) Siete cuentos para cabalgar el potro de la noche (1988. Mérida: ULA) Historia Económica de Venezuela. (1988. Valencia: Vadell Hermanos Editores. Autor) Ideología, desarrollo e interferencias del comercio caribeño durante el siglo XVII. (1988. Caracas: Academia Nacional de la Historia. Autor) La mesa  de la meseta. Historia gastronómica de Mérida (1989. Mérida: Editorial Venezolana. Autor) Memoria de los orígenes. Economía y sociedad en Barinas (1990. Caracas. Academia Nacional de Ciencias Económicas. Autor) Mérida a través del tiempo (1991. Mérida: ULA. Coautor) Mesa y cocina en Mérida (1992. San Cristóbal: Editorial Futuro. Coautor) El sistema alimentario venezolano (1994. Caracas: Fundación Polar. Coautor) La tecnología culinaria doméstica en Venezuela (1820-1980) (1994. Caracas: Fundación Polar. Coautor) El pan nuestro de cada día (1995. Caracas: Fundación Bigott. 5 ediciones. Autor) El escenario mundial agroalimentario (1996. Caracas: Fundación Polar. Coautor) En artículo mortis. Historia de la muerte en Caracas (1997. Caracas: Fundarte. Autor) Caracterización de la región alimentaria andina (1997. San Cristóbal: Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses. Autor) Diccionario de alimentación y gastronomía en Venezuela. (1997. Caracas: Fundación Polar. Coautor) Historia del agua potable en la región andina (1997. Mérida: Hidroandes. Autor) Un mundo en su taza. Breve viaje por las rutas del café (1997. Caracas: Café Imperial. Autor) La economía del cacao  en Venezuela (4 volúmenes. 1999. Maracay: Fundacite Aragua- Conicit. Autor) Publicaciones infantil del BCV: El pago mágico (Caracas, Banco Central de Venezuela, 2000) La voz del pueblo barinés. Refranes oídos en los llanos de Barinas (2000.  Barinas: Fundación Cultural Barinas. 2 ediciones. Autor) La cocina de Barinas (2001. Caracas: CONAC-CONICIT-Fundación Cultural Barinas-ICAM. Autor) La tasa de interés (2002. Caracas: Banco Central de Venezuela. Autor) La Hallaca (2003. Caracas: Fundación Bigott. Autor) Fábrica de Ciudadanos, la construcción de la sensibilidad urbana (Caracas, 1870-1980) (2003. Caracas: Fundación Bigott. Autor) Humoris causa (2004. Mérida: ULA. Coautor) Tierra Negra (2004. Caracas: Exxon Mobil C.A. Coautor) Cecilio Acosta (2005. Caracas: Biblioteca Bibliográfica de El Nacional. Autor) Diccionario de la cocina venezolana (2005. Caracas: Alfadil. Autor) Los Pueblos del Sur de Mérida (2006. Caracas: Exxon Mobil C.A. Coautor) El cultivo del plátano en Venezuela (2007. Caracas: Fundación Polar. Coautor) Itinerario de una ilusión (2008. Caracas: Debate/ ULA. Coautor y compilador) Nuestra cultura gastronómica (2008. Caracas: Venezuela Positiva. Coautor) Sabor y saber en la cocina (2010. Bucaramanga: SyC. Coautor) Entre gustos y sabores. Costumbres gastronómicas de Venezuela (2010. Caracas: Fundación Bigott. Autor) El plátano en la gastronomía venezolana (2010. Mérida: Universidad de los Andes. Coautor) La gastronomía del plátano macho en la gastronomía de América Latina y el Caribe (2011. Madrid: Editorial Académica Española. Coautor). Libros concluidos y que se encuentran   en proceso de edición por alguna casa editorial (2012): La Mesa de la Meseta (Edición aumentada y corregida. Mérida: Editorial Venezolana) Cocina y gastronomía de Santander (1919-2010. Bucaramanga: Universidad Autónoma de Bucaramanga. Colombia. Aún  sin fecha de aparición) Pueblo, cultura y alimentación del pueblo Wayuu. (Ríohacha: Universidad de la Goajira. Colombia. Aún sin fecha de aparición).

Ampliación del libro del plátano para América Latina y el Caribe. Ahora en imprenta en la Editorial Académica Española, Madrid, para aparecer en noviembre 2011.

Manual para la elaboración de conservas caseras. Autor. 57 pp. Para el uso de los estudiantes de cocina y para ser usado como manual de instrucción del Programa Manteles Verdes, creado por Rafael Cartay, para la Dirección de Turismo de la Gobernación de Carabobo. Se está en espera de la aprobación del Programa.

El rescate de la cocina y la gastronomía carabobeña. Libro, 97 pp., coautor. Investigación de campo y documental sobre el origen, evolución y características de la cocina y la gastronomía del Estado Carabobo, Venezuela.  Deberá aparecer en abril de 2012.

Cine y Gastronomía: “Desde mi butaca y con crispetas”, artículo, 23 pp.,  investigación sobre el inicio y desarrollo del género de cine gastronómico. Enviado como contribución para el encuentro de cine de la UNAB (junio 2011) y como colaboración para el no. 3 de la revista TH&G (UNAB).

Redacción final del libro Diccionario Multilingüe de Cocina y Gastronomía. Autor. Listo para entregar a publicación en  abril de 2012.

Redacción del libro Historia, historias e historietas en torno a la mesa. Diccionario enciclopédico de los orígenes de la gastronomía moderna. Listo para entregar a publicación para agosto de 2012.

 

 

EL POTRO DE LA NOCHE


En el cielo siempre cabalga solitario un potro. Nadie puede verlo sino de noche. Cuando el sol se oculta en el horizonte aparece una gran mancha oscura en el cielo: es el potro negro que cabalga en la noche, sin riendas y sin freno.

Es un potro tan arisco, el potro negro, que ningún gran jinete ha podido montarlo en contra de su voluntad. Solamente los niños lo han domado.

En la noche, los niños cierran dulcemente los ojos y se acercan al potro. Al principio, el potro relincha y se aleja. Pero, después se acerca, se deja acariciar y sonríe.

En la medida en que cae la noche, el potro negro se va volviendo cada vez más manso, y los niños lo ensillan para cabalgar en el anchuroso cielo.

Luego los niños lo montan, y se ponen a navegar en el sueño.


 


EL VIAJE PLANETARIO DE JUAN


Apenas Juan hubo terminado sus tareas escolares, cuando una gran nave interplanetaria aterrizó cerca de la ventana de su cuarto. La puerta de la nave plateada se abrió, casi sin ruido, y de ella salió un niño vestido con una larga túnica, con colores iguales a los del arco iris.

El niño de la nave invitó a Juan a dar un largo paseo por los planetas, prometiéndole traerlo de vuelta una vez terminado el recorrido, para que su mamá no se preocupara.

Juan accedió y, zum, la nave despegó. La tierra quedó atrás, como una naranja manchada por los continentes. La nave se dirigió a un planeta que, desde lejos, se veía marrón.

Al acercarse, Juan se dio cuenta de que todos los árboles, las casas y las montañas eran de chocolate. Los ríos que bajaban de las montañas eran rosados y sabían a fresa. De las fuentes de los parques brotaba mantecado. Las nubes eran algodones de azúcar. Los caminos, en vez de piedrecitas, estaban cubiertos de maní. Las aves que surcaban el cielo eran palomitas de maíz, y por las tardes, cuando llovía, en vez de gotas de agua, caían caramelos.

Cuando Juan hubo comido un poquito de todo lo que había en el país de las golosinas, la nave, zum, se dirigió al país de los juguetes, parecido, a lo lejos, a una pelota de colores suspendida en el aire. Allí estaban todos los juguetes que Juan había soñado allá en la tierra; había grúas gigantescas, aviones que hacían piruetas en el aire, barcos con chimeneas como si fueran de verdad, veloces ferrocarriles que hacían tutú, robots que iban de un lado para el otro sin levantar las piernas, carritos que escalaban sin esfuerzos las paredes, caballos con alas enormes, espadas con rayos de fuerza. Había también muñecos que reían y cantaban, juegos de cocina, cajitas de música, ositos de peluche, circos de mentira y montones de libros de cuento regados por todas partes. Por donde uno pusiera la mano, allí estaba un juguete y Juan jugó y jugó hasta que ya no pudo más.

La nave despegó de nuevo, zum, y condujo a Juan al país del sueño, donde el cielo era rosado y las nubes algodones muy suaves, que se enredaban en las crestas de las montañas. Allí reinaba un silencio muy profundo, y sólo se oía el sonido de una cascada que hacía rurururu. Los ojitos de Juan ya no aguantaban más, y terminaron cerrándose.
Cuando Juan se despertó de su bello sueño lo primero que vio fue el rostro de su mamá que le sonreía.




EL MEJOR SASTRE DEL MUNDO


Había una vez un sastrecito que hacía trajes para complacer a mucha gente. Pero él no se conformaba con eso. Quería hacer un traje que les gustara a todos. Y soñaba, además, en convertirse en el mejor sastre del mundo.

Un día subió a una montaña muy alta, donde vivía un viejecito de una larga barba blanca. El viejecito era muy respetado y querido, porque era muy sabio, y podía ver las cosas antes de que ocurrieran.

El sastrecito, acercándosele, le preguntó cómo haría él para convertirse en el mejor sastre del mundo. Y el viejecito le respondió que la única manera de lograrlo era haciéndole un bello traje al sol.

El sastrecito regresó a su casa muy preocupado. Esa noche no durmió pensando en la manera de hacerle un traje al astro rey.

Después de muchas pruebas, confeccionó un vestido de material plástico, pero, ¡ay!, para su desgracia, cuando el sol se lo puso, se le derritió.

Al otro día llevó un traje hecho de papel, pero con tan mala suerte que cuando el sol se lo puso se quemó.

Probó y probó sin cansarse, hasta que al fin se le ocurrió hacerle un traje de agua. El traje era transparente y, sin embargo, tenía todos los colores del mundo, porque reflejaba la apariencia de las cosas.

El sol se lo midió, y al traje no le pasó nada. Cuando el sol se movía, el brillo de sus rayos se reflejaba sobre la vasta superficie de las gotas del traje, y éste aumentaba su belleza. El sol saltaba de contento, y el sastrecito lo miraba complacido.

Desde ese día, el sastrecito vio cumplido el mayor de sus sueños, y se convirtió en el mejor sastre del mundo.





LA BRUJA BRUJILDA


Cuando la bruja Brujilda aparecía, todos los niños la rodeaban alegremente, porque era una bruja buena y bella. Pero cuando la bruja se reía, su risa, que era muy pero muy fea, retumbaba como un trueno en el cielo, y todos los niños se asustaban y corrían.

La bruja Brujilda se moría de tristeza, y lloraba y lloraba sin parar, porque amaba a los niños. De tanto llorar enflaqueció y se le destiñeron las estrellas que lucía en el vestido.

Las lágrimas de la bruja Brujilda eran tantas que formaron un largo río que desembocó en el mar.

Desde el mar, remontando el largo río de las lágrimas de la bruja Brujilda, llegó una vez hasta la bruja un pececito dorado. El pez dorado había oído de la tragedia de la pobre bruja y se había compadecido, y había venido desde su enorme mar, al que mucho amaba, para ayudar a la bruja que lloraba. Cuando la encontró le dijo que el remedio para su tristeza lo tenía un duende, que vivía en la rama más alta del árbol más alto del bosque.

La bruja Brujilda agradeció al pez dorado su ayuda, y se dirigió al bosque. Preguntó en todas partes hasta que por fin encontró al duende, y le contó la causa de su gran desventura.

El duende bajó del árbol, y se acercó a una laguna verde donde vivían cocodrilos que tenían las lágrimas azules. Uno a uno, zas, zas, zas, les fue sacando a los cocodrilos las lágrimas azules, y las metió en un frasquito. Se lo dio a la bruja y le aconsejó que tomara las lágrimas en las noches de luna llena.

Desde ese día, la risa de la bruja Brujilda parecía una fiesta. Cuando reía, sonaban campanitas por todas partes. Los niños, al oír esa risa melodiosa, salían corriendo de sus casas para jugar con la bruja Brujilda, que era una bruja buena y bella, con una risa que alegraba el corazón.


 

EL PAÍS AL REVÉS


Nadie era razonable en aquel país. Las personas marchaban sobre las manos y las cosas siempre andaban de cabeza. Los papeles andaban traspapelados y nadie sabía con certeza a dónde dirigirse.

Los campos arados de aquella comarca estaban desiertos y se cosechaban solamente los silvestres. La gente no comía para no enfermarse. Las casas se empezaban a construir por los techos. Los automóviles andaban siempre de retroceso, porque aquel país tenía el pasado por delante.

En aquel país extraño las montañas eran profundas y los valles muy altos. Los ríos nacían en los abismos, y eran regados por las tierras. El sol salía por las tardes y se ocultaba en el amanecer. La gente dormía de día, con los ojos abiertos y trabajaba de noche con los ojos cerrados. Nadie conocía el ahorro, sino únicamente el despilfarro.

La lluvia no caía, sino ascendía. La gente para alejarse se acercaba. Los que querían llorar, se reían. La tierra estaba siempre llena de nubes. El mar desembocaba en los ríos. Los viejos asistían al colegio para salir de la sabiduría, llevados de las manos por los niños para evitar accidentes.

Un día hubo un consejo de duendes para remediar las cosas. Después de muchas discusiones, los duendes decidieron juntar todos sus poderes mágicos para convertir el país al revés en un país normal.

Se produjo, entonces, un gran ruido, y luego una inmensa claridad. Desde ese día el país comenzó a funcionar bien y todo, o casi todo, se compuso.

Sin embargo, toda la gente de aquel país no aprendió la lección, y algunos todavía se empeñan en vivir como antes, cuando el país estaba al revés. Y así seguirá, hasta que vengan otros duendes a arreglarlo de nuevo.