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DEL POEMARIO ENTRE TAPIALES (2011)
Café, semilla carnosa, húmeda, seca de aroma y sabor de tiempo, de placeres, de cantares de la vida y la penumbra, donde los dolores se ahogan al anochecer y dan vida al amanecer, entre añejos tapiales, compactos de las voluntades que el amor sosegó en silencio…
Café, de bosques y sombras entretejidas de follaje, de tradiciones, de amores entre barbechos y senderos, entre verdes cafetales de montañas que se pliegan bajo la neblina blanca de los amantes…
Una gota de agua alimenta y completa la lluvia de un amanecer, una gota de agua refresca la piel cuando esta calurosa de la pasión consumida, una gota pareciera que no completa el mojar un cuerpo sediento de amor adosado a un tapial humedecido de pasión... pero una gota proveniente de la lluvia de tus besos, ¡me da todo...¡
El amor es como una isla, profunda en el mismo punto donde se funde la existencia; donde la esperanza del encuentro en medio de la nada, hace que el naufrago desgarre su garganta llena de viento a los sueños; del sol que aclara el brillo de las arenas sobre cuerpos cansados; de sonidos de olas que hace la vida un nido para sosegar lo que se creía perdido; de un muro de tapia que ahoga y compacta mi propio silencio; y una palmera, que te espera, mujer, para abrigar tu maltratado corazón…
El amor con forma de isla solitaria y oculta en nuestros pechos de mar sediento, compactados en tapial de arcilla, piedra y arena, es como este amor que me llena tanto de ti
Te amo, como una isla difícil de dormir sobre sus arenas frías y palmerales entrecruzados, tupidas, dispuestos a no dejarse penetrar en sus entrañas…. como tapial se resiste al tiempo de morir…; Te amo, como alguna isla llena de humedales de sentimientos que se hacen musgos en tapia de pasión, vestida de helechos sudorosos de encuentros y desencuentros de los vientos que amanecen trasnochados…; Te amo, siempre como esa isla, siempre inexplorada en los cimientos más profundos de tus cimas, donde brotan manantiales por donde necesitamos navegar juntos… de amor…
Este tiempo de imaginarte desde lejos, desde la barca de la memoria, es el tiempo existencial de tu presencia arraigada en la profundidad de la isla de mis sentimientos; puros de verdes y rocíos; frescos como los vientos sobre arenas ardientes con huellas de los amores ocultos; firmes como el tapial que resiste el huracán de no tenerte abrazada a mí… Este tiempo de imaginarte, se hace verdad con tu recuerdo…
Te he besado, entre nubes, entre montañas, entre viejos tapiales horadados de tiempo, entre cultivos de bueyes y viento cruzado de emociones que atraviesan las plantas de mora, fresa y refrescan los cultivos de papa y, guían el paso del arado de cada una de mis caricias llenas de fuego; y hacen que la montaña imponente de Sierra Nevada se vuelva pequeña y; la distancia es un espacio donde la nada se llena de las moléculas emotivas de nuestros besos… llenos de todo… llenos de amor…
La esfera donde floto con los brazos abiertos, ubica la mirada al frente y al sol, donde brilla la piel cubierta de áridos oro, plata y bronce; y tus senos se encumbren en mis labios; y tus manos arrastran los surcos de sudores apasionados sobre mi pecho cansado; y tu vientre contornee junto a mis sueños cerrados de tierra apisonada tapiada, en amarnos libremente al inicio del atardecer…
No existe un trance mayor que amando, no puedas amar; queriendo, no puedas querer; que se desgarre el alma con el silencio y las noches ocultas en esta ópera de la vida silente, reflexiva y apasionada que no conduce a la libertad… Este tiempo de ahogo es como tapial húmedo abrumado de presión por el techo de la vida; es velero en medio de la nada y el submundo acuático murmura y el espacio del cielo azul permanece sin vientos huracanados, sin gaviotas blancas y azules, sin nubes que formen nuestros cuerpos entrecruzados… en la nada…
Cada vez que amanece, en estos tiempos convulsos, se asemejan a los encuentros de pieles humedecidas de los amantes, bajo una intensa nevada de quereres ahogados entre un cajón de montañas vestidas de blanca neblina; entre muros gruesos de tapia callosa con musgos, líquenes floridos y verdes árboles que nos miran… cada vez que empieza a vestirse el espacio de noche, en luna llena, apareces mujer de la nada en mi plena reflexión del vivir…
DEL POEMARIO DESDE EL MEDITERRÁNEO
MEDITERRÁNEO
Arropa fuertemente mis tristezas
Mis desventuras de soñar y doblar campanas
Con sonidos de barro
Con tintes de barro
Textura de barro…
Mediterráneo
Humedece los pocos sueños que me quedan
Mis lamentos que sólo este pecho escucha
Mis recuerdos tristes de un pasado
que aún tiene sabor a café recién colao
Que arrecia
Que arranca el alma
Que ha perdido amigos
Que duele el desgarre de la piel del país lejano
Que se transforma en furia y frustración
Que te señalen con el dedo con espina de acero
Que se esfuma en tabacos cumaneses
Que tiene menos desesperanzas
Pero que vive por la esperanza…
Mediterráneo…
NO QUIERO
No quiero que me quieras sólo para ti,
encerrado en una jaula de oro, algodón y rejas de sal,
con un mar Mediterráneo que sacude nuestras costas de dudas
pasadas…
No quiero que me quieras, como nunca me has querido,
quiéreme llena de mar Mediterráneo y gaviota que acaricia sus
costas,
quiéreme extasiada de cercanía y distancia a nunca renunciar…
No quiero que me quieras
con tu tiempo malogrado
de mar Mediterráneo tumultuoso, de naufragios y pesares …
No quiero que me quieras
para enclaustrarme en las murallas de Sagunto
y que este amor se convierta en piedras olvidadas de arrojo y tiempo…
No quiero que me quieras
para quererte solamente,
quiéreme para quererte
quiero quererte para vivir
sirena de las horas de mar
sirena de algas ensortijadas
sobre tus grandes pechos de amor
de caliza y sal
de sol y Mediterráneo
del Mediterráneo en tus ojos
que me llevan a ti
gaviota de todos los tiempos…
Mediterráneo…
No quiero…
No quiero que me quieras sólo para ti…
IBÉRICA DE MAR
Aunque seas ajena
no te atrevas a mirarme con pasión y amor
porque aunque mires de reojo me ahogas y matas…
Mujer ibérica de mar
no quiero encontrarme en ese profundo lecho de algas
con las horas necesitadas de amar
y hacer la vida en cada poro de tu piel…
Mujer ibérica y mar,
blanca y de pelo negro con noche prolongada y si logras encantarme
sáciame con tus ojos negros profundos que casi matan,
con tus olas de mar y besos que humedecen mis sueños,
espumosos de olas que sucumben en mi espalda,
de pulpos que no quieren liberarme de ese naufragio,
de pulpa carnosa de uvas que flotan en vino tinto muy cerca de
Alboraya…
Mujer ibérica que ya eres el mar,
háblame con la ternura de una ráfaga de viento de verano
de besos con agujas de tiempo y pasión oculta de sal y sudor
de cantos de sirena extasiada ya al amanecer…
Mujer bésame para besarte…
Mujer bésame para morir de amor…
SIRENA VESTIDA DE NEGRO
Sirena vestida de negro
que brotaste del mar
apurada
acalorada
nerviosa
hermosa
húmeda de sudor de cristales de sal
y transparente mirada que invadiste sin permiso mi espacio
y que con tu ágil viento y olas del Saler
expulsaste los fantasmas de las puertas de Quart
amurallaste una ciudad que parece triste sin ti
y el vetusto campanario del Micalet ahogó su sonido con tu voz…
Sirena que llegaste a mí
vestida de negro
con una tela de uvas negras
tejida con hilos de cebada y trigo
para hacer las velas y poder navegar en el mar de tu tierra clara
y forrar el mundo con capullos de amor
en tiempos con vientos de guerra…
Sirena vestida de negro
hilandera de la noche y el día
déjame un solo cabello ondulado de oro
para escalar el risco mediterráneo de tu cuerpo…
DADA POR SIEMPRE
Dada como el viento cálido del Sahara
alegre de tanta palmera
que mueve de lado a lado su hermosa cabellera dorada...
Dada de mirada fresca y manantial en las huertas…
Pensativa,
a la hora de enfrentar
el momento de la fatigosa vendimia en septiembre…
Soñadora,
por las estrellas puestas sobre el cielo de su ser amado…
Alegre,
con eterna sonrisa de campos de trigo y cebada…
Solidaria,
amiga y danzante mujer de meseta y Mediterráneo...
Dada como el viento que refresca la vida peninsular
dada como el agua que llega de prisa al Mar
dada por siempre en las horas taciturnas
de la tarde
de la noche
de la tierra
de la mar...
DEL POEMARIO
SI TUVIERA QUE HABLAR DE AMOR
Mujer blanca, que posas al sol, que conquistas al sol, siempre de frente al sol. Mujer blanca, te proyectas llena de luz con tu piel de poros revestidos de sal, saturada de besos naufragados. Te afloran las huertas en tu vientre plano. Te acaricia el viento frío del norte amándote a pleno día. Te ama mi vista de cisne blanco sobre el cielo. Te veo… ¡Te amo ¡… Te deseo …
Mujer hechicera, volteo la mirada, para no verte como quiero. Y es que sólo el ¡te quiero!, es una visión que se esfuma para amarte. Para amarte como deseo en plena libertad de aves en verano, para soñarte con sudores que caen llenos de rocío en cascadas de amor, para tocarte como quiere el cisne al lago de los sueños, para contemplarte con luces más allá del amanecer… Mujer blanca, que posas frente al sol, frente a mí… Mujer blanca, escapo por no soportar tanta inmovilidad que arde, tanta energía que envidia al sol, y ese sol, es quien te ama… Mujer blanca, frente al sol, posando siempre frente al sol, que haces que me transforme en sol, espejismo pasajero de un amante que no deja huellas en tu piel… blanca.
Tu mirada, con tonos de castaña en invierno, es profunda de aguas en remanso de río que busca la mar. Abres caminos, forjas nuevos mundos de pasión, labras los surcos de mi vida, me traes felicidad, contrastas realidades, que se enfrentan y son distintas. Tú me hablas y somos distintos. Tú me miras y somos iguales. Y es que tu mirada esta plagada de pétalos rojos, concéntricos al corazón. Y es que tu mirada se viste de sonidos con sonrisa enmarcada entre rosas blancas, azules, amarillas y rojas, y emana sonidos que arrancan el alma, la robas, la desgarras, la haces tan tuya, y la sumerges, en tu bella mirada…
Ese rostro blanco, pintado con trazos de cejas negras, de negro intenso, de escarcha de sal brillando en las playas de tus pómulos tersos, de esos labios delicados, finos, de tapiz magenta y flores multicolores de trinitarias, rosas, jazmines y calas blancas, como tu blanca piel de nieve, sal y nubes.
Esos dientes blancos, perfilados, rectos, esculpidos a besos, como robustas murallas blancas que se resisten a ser conquistadas a las horas de un amanecer mediterráneo. De esa lengua rosada, de rosa roja vestida de labios rojos, húmedos de huerta, nerviosos, palpitantes, brillantes de luna, forjada en encuentros de besos tiernos en hojas de helechos verdes, que murmullan palabras, palabras sutiles de amor, ahogadas sobre los musgos pardos en tu piel, sobre los sueños de amor ocultos en tus intensos ojos negros, brillantes, vidriosos, que proyectan sobre los vitrales de tus retinas, el espacio interno de la catedral de tus sentimientos. Ese rostro blanco, tan bello, tallado de tiempo, con un rostro de figuras entrecruzadas, que se aman, sin ser tú y sin ser yo. Ese rostro blanco. Ese hermoso rostro blanco que no es mío…
Estoy en el mismo sillón donde estabas sentada, mujer blanca, mujer de sol, mujer de oro, mujer de plata, mujer… estoy sentado en el mismo sillón y aún no he logrado captar el calor de tu piel blanca, de mediterráneo, de tapias olvidadas en pueblos blancos, de tapias blancas ahora de calizas crudas y talladas de viento, lluvia y sol. Estoy donde hace solo un momento estabas, desplegada en laguna de páramo en abril, segura de muralla musulmana que zigzaguea con brillo por los ocho largos siglos peninsulares, sensual, pasional, de arena blanca que baña con la humedad del aire, tu hermoso cuerpo, tus cruzadas y largas piernas de mujer mediterránea.
Mujer, estoy tras la desbandada de imágenes sensuales que has dejado con ese aroma que mata al pasar por el atardecer de mis sentimientos…
Cálida piel desnuda, de arena blanca y amarilla.
Bendita mujer de pies estilizados, de uñas limpias de mar y aroma de pasión salitre. Mujer de pies fuertes, de bellas formas de flores de verano, de pies con líneas de meseta plana e inmensa, sujetas con surcos de la vid con tiras de cuero que se hacen sutiles con la línea del horizonte, frágiles líneas pintadas de musgos ocres sobre las velas blancas de piel de veleros mediterráneos. Y es que tus píes se asoman con tanta fuerza de tormenta que mis ojos tímidos que no saben ocultar el mar de olas de besos en mis labios. Y es que tus pies son una obra exquisita expuesta al sol de verano. Cálidos pies cubiertos de piel desnuda de arena blanca y amarillenta…
Dichoso quien te ama. Dichoso el sol que te broncea.
Dichoso el viento que refresca tu piel blanca. Mujer, más bella que la que dicen ser más bella, más bella que en tiempos de falla valenciana, fallera mayor de mi procesión de amor, mujer bañada de Mediterráneo ya cansado, de tiempo, de viento y de sal, que choca con su humedad en tus perfilados senos blancos, de bronce, de madera batallada, cual puertas de las Torres de Quartz. Mujer, dichoso quien te ama y debe dejar rocíos y flores a cada mañana, con aromas de jardines sobre la piel seca del Turia. Mujer bella y valenciana, dichoso quien te ama…
DEL POEMARIO PALABRAS VIEJAS
DAMA
Dama del amanecer,
cúbreme con las noches de esos amores perdidos
y deja la neblina por tus ventanas extasiadas correr...
Dama del atardecer,
regálame un beso sin principio ni fin
y corramos las libres voces para ahogarlas en el lecho de amor,
cuerpo de orquídeas,
silueta de lirios,
silueta perenne en el jardín de los deseos,
cuerpo rebosante de pureza y pasión... dama del anochecer.
TUS LABIOS
Tus labios
esos labios rojos púrpura
estarán a la espera de los otros labios,
tu piel en otra piel incandescente,
y tus manos,
esas manos, siempre inquietas dispuestas al ataque...
Tus labios,
mis labios,
nuestros labios,
con la piel derretida en la ropa mojada por la lluvia extraviada,
con las palmas de estas manos que resisten el fuego
de tu penetrante fuerza de amor,
! Hay Apocalipsis en esos labios !,
labios frescos como la gran explanada que se extiende
sobre tu vientre cubierto de grama
acariciada por el riachuelo perdido
de la sabia refulgente de tus pupilas inmensas en el alma...
Y tus labios están susurrando besos en mis labios,
y han tenido una transformación
con la ceniza que se llevó el ventisquero,
y reposan extasiados nuestros labios,
en el pecho de un blanco frailejón...
espumosa piel de musgo blanco...
blancas nieves...
Tus labios...
CONOZCO
Conozco de tus secretos,
escucho de tu silencio
y de tus aventuras de amazona,
y acompaño tus secretos en las oscuras noches de Abril,
cuando tu cuerpo reposa en las nubes de estos sueños trasnochados...
Conozco de tus alegrías y pesares
y con quien eres infiel,
guerrera de las armas de flores,
petalos y espinas,
y con quien has corrido calle debajo de la ternura,
dama urbana esculpida en el muro de tapia de una casa abandonada de Mucurubá,
muro quemado por el sol y suavizado por la lluvia...
Conozco que estoy enclaustrado de piedras en las tapias de tu memoria
en una parte oculta y misteriosa
de un sendero de eucaliptos aromáticos
donde estaré siempre...
y conozco tu silueta en la noche nebulosa...
y te conozco completa...
EMERGIENDO
Como bucares emergí
y emerjo de las mañanas con olor a campo,
a moras,
fresas,
curubas,
bosta de vaca
y grama húmeda
donde llega la energía silenciosa por los riachuelos fríos de vivir,
de la nieve eterna
que a lo lejos me invita a recorrer su perfil desnudo
de alguna mujer apasionada,
ya extasiada,
ya dormida,
en el lecho de una laguna paramera,
de una ciudad universitaria que se vuelve vieja
porque a los jóvenes los siento ya cansados del concreto,
del vidrio,
del acero negro y frío,
de las luces multicolores alocadas de una avenida,
de los disturbios sin sentido,
del sexo telefónico con senos plásticos,
apasionados,
desventurados
y caros,
y de las frías tardes de Enero,
Junio
o Diciembre ...
De las barbas de palo de un búcaro viejo...
emergí y emerjo todos los días.
ANSIAS
Si tomo tus manos y tiemblo,
es porque digo
¡Te quiero!.
Si miro tus ojos y parpadeo,
es porque digo
¡Te quiero!.
Si beso tus labios,
te digo te quiero,
para volverte a besar.
Si te abrazo
y vibra mi pecho
o salta el corazón,
hago pétalos de flores en el lecho de pasión,
a cambio de la sensualidad de tu cuerpo,
mujer...
SÓLO FALTA
Para que mi piel sea piel
sólo faltan tus poros,
para que el aire sea fresco,
sólo falta tu aliento
y para que mi vida sea feliz...
sólo faltas tu.
DEL LIBRO
TRAS LA DESESPERANZA, LA ESPERANZA
PARA LA PRÓXIMA GUERRA
Para cuando necesiten un muerto en otra guerra,
pueden pensar en mí,
para que no se haga realidad…
Para cuando necesiten un muerto en otra guerra
pueden contar con mis lágrimas para no ver madres llorando a sus hijos,
ya que yo puedo ser uno de ellos…
Para cuando necesiten un muerto en otra guerra
prefiero que rompan mi piel y saturen de pólvora cada poro de mi ser,
aunque joven ya adolorido,
cuenten con lo poco de sueños que aún me quedan,
para no ver niños jugando con las minas abandonadas en un holocausto
gris…
Para cuando necesiten un muerto en otra guerra
tomen de mi la agilidad de dar amor,
las uñas de corteza de olivo,
las piedras de mi castillo de huesos en movimiento
agitado por la esperanza
de no ver ancianos moribundos abandonados en un desierto,
una calle,
una nevada,
un valle,
un río,
un mar,
que escondió en la bruma fría
el último recuerdo
de su patria,
sus hijos,
sus nietos…
Para cuando necesiten un muerto en otra guerra,
y sea posible evitarla,
no duden de tomarme a mi…
A LA GUERRA, NO!
A ti, que duermes profundamente, al lado, acompañando la vida…
A ti, que duermes y sueñas con las comiquitas, tus mundos de fantasías,
despreocupado de tanto,
mientras yo de tanto en esta noche no he podido dormir,
Axel hijo, pequeño hijo,
me gustas alegre como debe ser,
de juego en juego, juguetón y sé feliz a tu medida,
y dejemos el mañana para cuando éste se haga presente,
mientras tanto, juega juguetón y crece,
pero no con los sables de cristal,
no con las palabras de viento hiriente,
no con las miradas de negra neblina,
no con algo donde se involucre la pólvora, la sangre, el odio…
la muerte…
mientras tanto,
sigue con esa sonrisa de sinfonía y tus comiquitas,
de juego en juego,
juguetón …
A ti,
que tienes hijos y los han seleccionado para marchar a la guerra,
siento tu dolor y temor,
de padre
de madre
de hermano
de amigo,
ciudadanos, hijos del mundo,
americanos, ingleses, españoles, iraquíes, palestinos, israelitas,
colombianos…
abrigo sus temores
a las profundas e inhóspitas escenas
de dolor,
y solidaridad,
porque en una noche de estas, una negra noche como esta,
estén nuevamente llenando de sangre la alfombra del mundo
y sientas que estás como tu hijo, enterrado en una trinchera
que ahoga la esperanza de la vida,
hasta cuando Dios?,
hasta cuando rezamos para que no se repita la desdicha
en periodos tan cortos de nuestra historia…
A ti que vas a la guerra,
que no piensas, porque tus pensamientos los dirige el sistema donde te formaste,
democrático, comunista u otra cosa que no sé su esencia,
hombres jóvenes sin cabeza, porque no los rapan,
sino que los decapitan intelectualmente,
A ti que vas a tierras que no son tuyas y no te dan tiempo de pensar
sobre las muertes que sumarás a tu conciencia,
que eres el héroe en el desfile de despedida
y luego una carga social para cuando regreses
mutilado,
drogadicto y desnaturalizado de los sentimientos humanos,
formes el nuevo ejército de espectros humanos abandonados
en las amplias aceras opulentas de un circuito comercial y bancario,
y preguntarás,
porqué ?,
porqué fui parte del triste azar ?…
A ti que haces la guerra,
la diriges y la controlas a tus propios intereses,
que te apoyan, por igual, quienes tienen la otra razón del mundo,
a ustedes que tienen el don de accionar el botón rojo de la sangre,
de la orquesta más atroz de la creación humana,
que acaban con la sonrisa de los niños, con sus juegos, juguetones de la vida,
que hacen llorar a las madres sosteniendo el cuerpo sin vida de sus niños
y los ancianos que extienden las manos, para extender su vida misma,
de niños, mujeres y ancianos de todos los pueblos
ya desangrados por la tortura, humillación y represión de sus propios
gobiernos déspotas,
oscuros y megalómanos…
A ti, que eres igual que yo,
seres incógnitos dentro del gran tejido urbano de una ciudad,
de una calle del mundo en América, Europa, Asia…
A ti ciudadano del mundo, ya sea de Vietnam, Corea, Colombia, Nicaragua, Bosnia,
Israel, Palestina…
A ti que eres por igual,
parte del mismo Planeta Tierra,
somos todos y contamos todos,
no uno,
no unos pocos,
porque todos sufrimos y sufriremos por igual
los mismos desmanes ejercidos a los bienes del mundo,
la vida…
A mí,
que ya estoy frente a una taza de café hirviendo,
prefiero que el humo y el aroma se transformen en amor… |
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