ZOILO ABEL RODRÍGUEZ
Nació en El Furrial, Estado Monagas, Venezuela, el 25 de noviembre de 1949. Profesor Titular (Jubilado en 1998) en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador – Instituto Pedagógico de Maturín. Magister en Educación Superior (UPEL), Especialista en Crítica de Arte, Museología, Conservación y Teoría de la restauración de Obras de Arte (Universitá Internazionale Dell’Arte. Florencia, Italia), Especialista en Administración y Promoción Cultural (Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública, CONAC, CORDIPLAN), Profesor de Educación Artística (Instituto Pedagógico de Caracas), Diplomado en Arte Puro (Escuela de Artes Eloy Palacios, Maturín), Profesor Ordinario a Dedicación Exclusiva en la UPEL-IPM (antes IPEM) desde 1974 hasta 1998 En Pregrado: Artes Visuales, Estética, Organización de Grupos, Creatividad, Investigación Educativa, En Posgrado: Creatividad en la Gerencia, Profesor Contratado en la UPEL-IPM desde 1998, En el Diplomado de Capacitación Pedagógica: Desarrollo Personal y Desarrollo de las Potencialidades Humanas.

Coordinador de talleres y ponente por la Asociación de Educadores de Latinoamérica y del Caribe (AELAC) en eventos nacionales e internacionales. Locutor de la República (Certificado 19096 del MTC), con experiencia como comentarista deportivo. Escritor, Articulista y Caricaturista, Habla y escribe en italiano.


CONTACTO:
abel.zar@hotmail.com
abel.zar2@gmail.com
facebook.com/zoiloabel.rodriguez

   


OBRA LITERARIA:

Efectismos y otras vainas (Centro de Actividades Literarias “José Lira Sosa” y Casa de La Poesía Monaguense “Félix Armando Núñez”. 1999). Tiene una novela y varios poemarios inéditos (entre éstos De vuelos y delirios, 1er. lugar en el I Festival de Poesía de los Juegos Nacionales de APROUPEL, San Cristóbal, 2003)

 

 

A VECES…

A veces salgo sólo a deambular
A veces me detengo en rojo
A veces no escupo en el suelo de la calle
A veces llego a tiempo
A veces entro y salgo sonriendo
A veces pago deudas sin demora
A veces almaceno un poco para luego
A veces no me justifico
A veces no hablo de política
A veces no me pierdo en circunloquios
A veces no blasfemo ni siquiera en pensamientos
A veces puedo prescindir de palabrejas
A veces guardo largos silencios aun en compañía
A veces hablo solo
A veces me da por escuchar a Brahms
A veces no sueño con vuelos y casorios
A veces soy un poco raro
A veces soy bastante raro
A veces no soy de este país
A veces…
soy un extraño en el espejo

 

 

NO COMPRENDO

No comprendo
cómo pueden algunos
obscenamente acaudalados
sin apremios horarios
y encima saludables
prescindir sin más
así como si nada

de

un velero en el Mediterráneo
un óleo de Van Gogh
veinte trajes cortados por Armani
una novia en la corte
un cilindro idéntico al de Michael Jackson
un castillo en Fiesole
la primera guitarra de John Lennon
la llave del harén de un amigo sultán
cinco Ferrari rojos uno en cada continente
licencia incaducable para il dolce far niente

mientras yo
que atesoro delirios
marras y obligaciones
no comprendo
por qué no es al revés

 

 

SIN MAGIA O LOCURA

Nómada indeciso
escribidor tardío
se me ha ido el tiempo
entre lo dulce y lo menudo
de la existencia al paso manso
y la obsesión sin rumbo
de acaudalar palabras

Me cuesta sí
redondear el verso
tal vez porque soy un peregrino
que se aventura solamente a medias
eludiendo oscuridades y tormentas

O acaso sólo sea
que mis pequeños vicios
que no pasan de café
voyeurismo y puñeta
nunca en rigor serán
como es estilo
perversiones

Puede que no alcance jamás
la condición de aeda
y nada será tanto lastre
y rumor en la conciencia
o daga entrándome en lo hondo
como la certidumbre
de la inutilidad de tal silencio

Permanecer ahí
reducido ante el abismo
a un corto inmenso vuelo
del esquivo misterioso canto
provisto apenas
de cierta vana trashumancia
y tanto y tanto fardo de facundia
que sin magia o locura
vale nada

 


WISLAWA

Solicitud de amistad a Wislawa Szymborska
cuando ganó el Nobel de Literatura, en 1996,
y aún no había Facebook

 


No lo sé Wislawa
no te conozco

Ni siquiera sé pronunciar
ese suave dulce nombre tuyo
que es como una caricia infantil
o un soplo de brisa fresca

No sé si te va reinar en Estocolmo
o si lo mereces más que otros
cuya poesía
tiene tanto de universo
y simplicidad existencial
como la tuya

No lo sé
¿cómo saberlo?
si esos versos acaso traicionados
a veces dolientes
otras tantas esperanzadores
en todo caso luminosos
y poblados de ironía menuda
son felices en mi lengua

o si dicen en su tono
lo que tú quieres cantar

Sólo sé
que ahora eres la novena
y que ya estás en el cielo de Deledda
con Nadine y Perla Samantha Buck
y otras cinco magníficas
para siempre habitantes
de la dimensión sin sombras
de la palabra eterna

Y si así no hubiese sido
qué importaba
a mí por cierto sí
sino
¿de qué manera te encontraba?

Lo útil de todo es que por esa circunstancia
causa por la cual
ni tú ni yo tendremos karma
en estos días el eco de tu genio
tu espíritu y tu voz
han venido a visitarme

No te conozco
pero cómo no rendirle mis sentidos
y aun el alma
a quien desde otro mundo
y otro verbo
con extraños poemas
de palabras silvestres
y estrofas sin facundia
me toca y me estremece

Y si no fuera por eso
con sólo contemplar
esa sonrisa niña
en el retrato de tu rostro anciano
que habla de cuánto a la vida le agradeces
y cuenta de intimidades y certezas
mientras pregunta al cielo
por qué no todo es poesía
aunque no te conozco
quiero ser tu amigo

 

 

POR ESO ESCRIBO

Porque acepto el desafío de la palabra

Porque ambiciono también yo crear

Porque quiero ser dios omnipotente
sobre un pedazo de papel
para tomar revancha
de la creación inconsulta
que se ha hecho de mí mismo
a imagen y semejanza
del dios de las casualidades

Porque yo no hubiese querido ser mestizo

Adoraría ser de ébano lustroso
como Kunta Kinte
o lácteo transparente
como un adolescente dinárido
pálido curtido
como cualquier anónimo habitante de Shangai
o rojo desértico
como un guerrero apache

Para crearme un yo a mi propia voluntad
uno superpuesto
porque me da la gana
a mi yo irremediable

Acaso aprenda entonces
a quererme
como se ama lo vulgar
y lo sublime inevitable
que va floreciendo con el ser que somos
mientras la vida transcurre inexorable

Para recrear y contarme
con relativo orden
historias que se mueven pugnaces
en mi caos interior
y construir un mundo de oraciones imágenes

Urdir ficciones que penetren lo arcano
y se dejen leer

Hacer que alienten existencia
seres surgidos de mi teclear de rutina
decidir que vivan y mueran
a los extremos de mi capricho
que sean nobles o crueles
luminosos o grises
según mi urgencia

Inventar dimensiones
montañas
ríos
parajes
ciudades
calles
cosas y situaciones
que nunca antes hubieran sido

Hacer rugir volcanes
propiciar maremotos
organizar la rebelión de las chiripas
y desatar una nevada
un agosto de éstos
sobre Maracaibo

Porque soy envidioso
y no me convenzo
de que toda la magnificencia literaria
esté agotada en esa decena de tipos
que me deslumbran
mientras me aplastan
con su genialidad hecha verbo

Porque soy vanidoso
y me hago cargo

Por exhibicionismo
Porque me halaga sobremanera
que los inteligentes
me tomen por inteligente
que los necios ilustres
despotriquen de mí
y que el común
me suponga una gran vaina

Yo no soy como el tonto de Rimbaud
quien estuvo vanamente empecinado
en que no se le inscribiera
en vida
en la leyenda

Para blandir la impunidad
que da el fuero del renombre
y sacarles la lengua
a sátrapas y vasalluelos
cuando me plazca
o pellizcarle el trasero
a cualquier alcaldesa semianalfabeta
que me caiga en gracia
durante un acto público

para tener derecho
a que otros protejan
mi necesidad de estar solo
porque éste es un arte de soledades
y yo soy un maldito solitario
a quien no le gusta que lo retraten en grupo
ni que se le tome el criterio
para combinar cócteles ideológicos
a favor o en contra
de ésta o aquella causa ramplona

(Suscribir puedo
según sea el caso)

Para espantar la tentación de masturbarme
o encender la tevé

Porque me asalta el sentimiento
de que en casi todo lo demás he fracasado
y ésta es mi última esperanza

Porque sino sería
un lamentable hombre más
y eso me asfixiaría
y acabaría matándome

Porque soy un cobarducho ante la muerte
y no quiero morir nunca

porque ansío la certeza
de la eternidad para mi nombre
y la gracia postrera
de una lápida digna
flotando imaginariamente para siempre
en un punto remoto
de cualquier mar o bosque
donde sean esparcidas
n su momento
las cenizas de mi pobre cuerpo perecedero

Para estar de acuerdo
con Jean Malaquais:
“Ésta es la única manera
de descubrir la verdad”

Razones me sobran
como puede verse

(Aunque acaso sólo busco
mimetizar al pequeño miserable que me habita)

Pero basta
terminaré diciendo
como dijo alguna vez el Gabo:
“Escribo… para que mis amigos me quieran”