Enrique Luis Rojas (Cumaná, 1969). Licenciado en Letras, mención Literatura Hispanoamericana (ULA, 2002); Magister en Lingüística (ULA, 2006). Desde 2004 es profesor ordinario de la Facultad de Ciencias Forestales de la ULA, en el área de Lecto-escritura. Ha escrito poemas y ha sido galardonado en certámenes locales y nacionales de poesía (DAES-ULA, Mérida, 1993; Tierra de Gracia, Cumaná, 1994; APULA, Mérida, 2005).
 
 

BLOG:
http://palimpsestario.blogspot.com/



 

HARÉN DE MANDOLINAS

A ellas sí las satisface siempre a todas.
Da igual la reina del serrallo que la humilde siciliana
con la que cada amanecer toma el café.
Las tañe, las tiempla, las tremola,
las ama a plectro limpio, cuerda a cuerda, traste a traste,
de punta a punta del diapasón.
Ellas le han enseñado de sí mismo,
de Dios, del mundo, de la multiorgasmia
y hasta de lo que llaman los budistas
noble sendero óctuple.
No se encelan, no chillan, no acusan menstruación,
ningún precoito les resulta insuficiente,
no lo hallan perro, gordo, borrachón ni baboso,
aun cuando han tenido que soportarlo
durante casi todas las mañanas del mundo.
Le dan Bach, compañía, modo dórico, sextas,
lo engendran musicándole (con o sin metrónomo)
la soledad, la casa, la libido,
la divorciez de hembras y el trastorno
maniaco-depresivo o bipolar.
Él es su rey eunuco, el señor del harén,
el que (para follarlas) las pule, las afina,
las digita, las pulsa, las encorda,
les mete oído y arte, mano y mente,
disciplina y unción.
Ellas son sus esposas (las que le atan las manos),
son su sazón de ser.
Para fecundarlas hace escalas,
para alegrarlas vivaldea,
para que le den clímax a granel les juega al jazz
y las bossanova los domingos para superar juntos el ocaso.
Él las existe.
Su santa madre le eligió por mujer a la primera
siendo un prepúber, antes de que otros hímenes
se enseñorearan de su voluntad.
La vida ha consistido desde entonces
en aprender día tras día
el arte harénico de mandolinquir.

 

SOLILOQUIO PEDIMENTOSO DEL NARCÍCLOPE A SU CLUB
 

"La locura no tiene tanto que ver con la verdad y con el mundo, como con el hombre y la verdad de sí mismo, que él sabe percibir".

(M. Foucault)

 


 
Me voy a conmiserar Aquí me quiso el Altísimo
En este club de maravilla donde apenas
Me ha alcanzado el glorioso DSM-IV para leerme a mí mismo
Sócrates chico yo no me explico a la verdad
Por qué el imperativo si tu plexo pitoniso
Ávido de cicuta desde hace veinticinco ya sabía
Que el único el verdadero el supremo el antonomásico
Libro de autoayuda dulce et utile de todos los tiempos
En vez de ser nombrado por su título lo sería por sus siglas de desahuciada avioneta
 
[cartilaginosa

Ah my pillow book mi vademécum mi manual
Del usuario de mi propio cacumen delicia de la APA bestiario de mi iglesia álbum de
 
[cromos

Catálogo perfecto de las insanas huestes contentivo de sí cual el eructo
Gödeliano y marramuciero según el cual
Todo conjunto es subconjunto de sí mismo
Hipoalergénico y no tóxico pero espeso e inocuo como la plastilina peluda color carne
[que florecía

En mi jardín de infancia

Cuando me hallo en él o hallo a un congénere
hipolitioso palpo aquí entre nos
El rigor mortis del cadáver de un presunto chicle
Nacido de moho por antigüedad en su adherencia piche
Al anverso de mi pupitre de aprendiz de existidor

Digo pues que me voy a conmiserar es decir a autoconmiserarme que es la única Por lo demás verdadera por sentida forma de conmiseración Procedo
Mas quedaré debiendo las referencias
Me calza al pelo lo del trastorno
obsesivo-compulsivo según Portillo (1990)
Me viene al corte el diagnóstico
De distímico según Baptista (2004)
Cualquier modelito del trastorno bipolar realza
Según Todasmisex et al (s.f.)
El peluchazgo de piedra pómez con que me promociono
Muñeco en la extimidad
Siempre tocado –el muy tunante diría Padrón (2005)-
(Con mi rotunda corona de oro y plomo
Malbañado rey del eureka de la contradicción por esclavo vitalicio de la

 
[contra-adicción)

Me sienta además como mi sombra parecer un individuo con dependencia de
 
[la cafeína

Única -ína que el viento no se llevó a Dios gracias
De mi screening de toxicología sólo por hoy pero para siempre
(By the way todo lo que parece es canturreaba
La linterna ninfómana de Diógenes de Sínope)

Ni hablar del trastornado sexual por varonía vernáculo-chaborra de ciclación
 
[mosquetérica
(Uno para todas y todas para uno mas no aclares mijo querido que oscureces)
O el sujeto aquejado por el desorden del déficit de atención con o sin hiperactividad Cuyo caos de auto(in)suficiencia cognoscitiva no le impide
Internarse sólo (y solo) en su sanatorio personal de monte adentro sito en los bosques
[de Filautía

O sea en el pleonasmo tautológico pues de su único tema favorito
(Con razón Foucault me dijo que el apego a mí mismo es la primera señal de mi locura)

Que me ayuden los expertos los veedores imploro
Los contempladores de vigas en mis pajizos ojos
Yo mientras me haré el loco para no mirar nada en los de quienes
Dicen ser mis amigos tipo mis doctores muy doñitas del HULA first floor
(Por cierto la ley entra por casa Médico
Cúrate a ti mismo)

Que el delirio llamado Existir me dé tiempo
Para desentrañar(me de) la madeja
Que tengo en el mero centro cuando me creo –de creer y de crear en este caso- Círculo y me hago llamar Narciso es decir el perfecto
Que me rinda suplico para zafarme del amasijo que tiene por ojo el otro que también
[me creo

–ibídem anterior-
Cuando mi nombre es Cíclope y en mi psiquismo sanguinolento
Mensual de una vez a la semana es lunes e hipercunde
El trastorno disfórico premonstrual

Gente de mi club compañeros elogio del de Róterdam
Seres de mi estirpe de
Paz y entes todos
Del vesánico Existir
Prestadme apoyo os lo ruego dadme fuerzas
Que a ustedes -los locos los borrachos los poetas y los niños-
Dizque
Los protege Dios
 

LA ( )MÍA

Porque no es poesía sino payasada
Porque no es doxa ni episteme sino mera autoayuda
Porque es sorna y no verso, guasa y no lira,
demencia y no musa, cantinflada y no prosa, caspa y no quid,
oscilación pendular y no movimiento rectilíneo uniforme

Porque es soltera y libre y de malas costumbres,
sirena y ave (que no avión),
pero no habrá academia que la criptonice,
Pigmalión que la cincele,
lacaniano que la desolle,
(proyecto en construcción de) Odiseo que la desoiga,
(desocupado) lector que la soporte,
editor que la publique,
profesor de literatura que la decodifique,
novia que la tolere,
paciente bipolar de ciclado corto que la componga
más que para su exclusivo autoconsumo,
jurado de certamen literario que no la padrotée
ni bloguer(ólog)o o Lex Luthor que la descargue para caribearla
–sin capa o con capa,
da igual: pobrecita–
en su lecho de Procusto

Porque es toda vacuidad de grafómano y no me sirve
ni para saber por qué escribo

Porque según el aprendiz que es mi maestro,
no tiene realidad dado que no tiene continuidad

Porque no me va ayudar a convertirme ni siquiera en lo que soy,
pero me está enseñando –quién quita– a callar, a enmimismarme,
a archipsiquitrillarme y a desarzobispo-
constantinopolizarme

Porque no puedo utilizarla
ni para explicar la importancia de la tilde diacrítica,
pues da lágrima la grima que ella da
y lástima, pero no lastima
porque no es ars poética sino azar de poetica,
produce plática pero no platica
y es pura pérdida sin estar perdida

Porque, hablando de unicornios,
tampoco es azul ni de Silvio ni llegará a ninguna parte
ya que jamás quiso ir a ningún lado
–como dijo el personaje de Subiela–

Porque es pura coincidencia que tanto se me parezca
a mi realidad, siendo que está basada
estrictamente en (lugares comunes) hechos (y derechos) reales
(no obstante contener más paréntesis que el álgebra de Macedonio)

Porque yo creí que era limosna
que me daba el Altísimo
cuando cumplí –¿sí los cumplí?– los veintiuno
–edad del uso de mi sinrazón–,
y veinte años después –que, obviamente, no es nada–
ha resultado ser, en cambio,
el presente (the gift and the time)

Porque es toda anacoluto, sólo anacoluto y nada más que anacoluto

Porque soy su lameculos, su chupamedias y no le hallo sustantivo alguno
que pueda adjetivarle con el posesivo
de primera persona del singular
(ya que es femenina, como su autor,
y, como él, se halla exenta, es decir, deslastrada
de toda coherencia, cohesión y concordancia
(ad sensum y ad terminum)

Y porque –cómo te explico– no tiene nombre la muy nula
(y es preferible que así sea
antes que sucumbir a la tentación
de vendarle los ojos a Gustavo, fusilármelo y bautizarla
la huella digital
de mi corazón desenfrenado)

Por todas las anteriores
y otras razones
que ella no sabe/no contesta

Y porque no podría ser de nadie más
He decidido llamarla
simple y familiarmente
con inmodestia, egoísmo, gratitud y un 70%
de autoconmiseraciónpluscompasiva

la ( )mía

¡Bendita es
entre todas las mujeres!